lunes, agosto 18, 2025

¿Está Chile preparado para la Inteligencia Artificial?

Chile lidera en la región en adopción de IA, pero aún enfrenta brechas en capacitación, talento y digitalización de pymes que ponen en riesgo su competitividad.

La Inteligencia Artificial (IA) dejó de ser una promesa futurista para convertirse en una urgencia presente.

Está reconfigurando industrias, redefiniendo empleos y transformando radicalmente la forma en que tomamos decisiones.

Frente a este escenario, la pregunta no es si la IA llegará a Chile, porque ya está aquí, sino si estamos realmente preparados para enfrentar los desafíos que impone en eficiencia operativa y en la economía digital.

Chile ha dado pasos importantes.

Por segundo año consecutivo lidera el Índice Latinoamericano de Inteligencia Artificial, donde un 93% de las empresas locales reconoció que la IA tendría un impacto positivo en su negocio.

A nivel internacional, países como Corea del Sur implementaron estrategias nacionales que integran la IA directamente en la productividad del Estado y el sector privado, con inversiones públicas que superaron los USD 2.000 millones para impulsar infraestructura, talento e innovación basada en datos.

En contraste, en nuestro país persisten brechas que podrían ralentizar el avance.

Muchas pymes aún operan sin herramientas digitales básicas y la demanda de profesionales especializados en IA sigue muy por encima de la oferta.

En términos de capacitación, un estudio del BID reveló que menos del 30% de los trabajadores chilenos recibió formación en habilidades digitales avanzadas.

Esto no solo limitó la adopción, sino también el impacto real que la IA podría tener en la eficiencia de los procesos y la competitividad de nuestra economía.

Por otra parte, el Estado ha estado realizando esfuerzos importantes para actualizar la institucionalidad a los nuevos tiempos.

En 2021, Chile lanzó su primera Política Nacional de IA, fruto de un proceso participativo y estructurado en tres ejes: factores habilitantes, desarrollo y adopción, gobernanza y ética.

En abril de 2024, se actualizó mediante Decreto Supremo, reforzando especialmente el eje de ética y gobierno.

Además, mediante su plan de acción ligado a la UNESCO, Chile ingresó un proyecto de ley que introdujo regulación basada en riesgo, priorizando seguridad, equidad, derechos humanos y responsabilidad humana.

Hoy, la eficiencia ya no se mide solo por reducción de costos o mejora en tiempos de respuesta. Se mide por la capacidad de anticiparse, adaptarse y escalar soluciones basadas en datos.

Y ahí es donde aún tenemos trabajo por hacer.

La IA no es un proyecto de TI, es una transformación estratégica. La oportunidad está sobre la mesa.

La IA puede ser el motor que eleve la productividad chilena, que recupere competitividad y que prepare a nuestra economía para una nueva era.

Pero para lograrlo, necesitamos algo más que tecnología: necesitamos visión, liderazgo y voluntad política para cerrar brechas, fomentar la colaboración público-privada y poner la capacitación continua al centro del modelo económico.

¿Estamos preparados?

Estamos en camino.

Pero el futuro no espera.

Y la verdadera pregunta es si sabremos movernos con la misma inteligencia que la tecnología que buscamos adoptar.

Carlos Giraldo
Carlos Giraldo
Country manager IFX Chile.
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