jueves, septiembre 18, 2025

Del set al algoritmo: la cancha nivelada para todos

La inteligencia artificial está democratizando la producción audiovisual, reduciendo costos y tiempos, y permitiendo que startups y pymes compitan de igual a igual con grandes marcas.

Hasta hace poco, producir una campaña audiovisual que llegara a millones era un territorio reservado a quienes podían pagar rodajes millonarios, armar equipos de decenas de personas y esperar meses para ver el resultado final.

Las reglas eran claras: grandes presupuestos, grandes marcas, grandes agencias. Para muchas startups y pymes, eso significaba trabajar con recursos más acotados y con menos posibilidades de acceder a formatos masivos.

Ese tablero estaba cambiando.

La inteligencia artificial había comenzado a nivelar la cancha de la publicidad. Ya no era necesario contar con un set de grabación ni con una logística de producción que consumiera meses; bastaba con una idea potente, un equipo reducido y las herramientas correctas.

Con Compariniverse, la última campaña en ComparaOnline, lo comprobaron de forma radical: más de 130 piezas originales creadas en semanas, con un ahorro superior al 95% frente al modelo tradicional.

La clave estaba en que, por primera vez, era posible comparar en términos reales dos modelos de producción: el clásico y el impulsado por IA.

Cuando los costos, los tiempos y la diversidad creativa se ponían uno al lado del otro, la distancia era evidente. Esa comparación no solo revelaba eficiencia, sino que abría la puerta a que nuevos jugadores entraran a competir con propuestas frescas y ambiciosas.

Lo más transformador era que la IA no solo reducía costos y tiempos, sino que amplificaba la creatividad.

Antes, cada iteración era un gasto adicional que obligaba a limitar la exploración de ideas. Hoy, se podían probar decenas de narrativas en paralelo, adaptarlas a distintos públicos y formatos, y medir el impacto real casi en tiempo real.

Esto no solo permitía reaccionar más rápido, sino también construir mensajes mucho más relevantes para audiencias específicas.

Para startups y pymes, esto era una oportunidad histórica: la posibilidad de producir contenido con calidad global y adaptado a contextos precisos, sin depender de gigantes de la producción.

Un emprendimiento con una buena historia y dominio de herramientas de IA podía generar piezas que compitieran en televisión abierta, streaming y redes sociales junto a campañas de multinacionales.

El juego dejaba de estar definido por quién tenía más recursos y pasaba a centrarse en quién sabía aprovechar mejor la tecnología para contar historias memorables.

Además, la democratización de la producción abría la puerta a nuevos modelos de relación con la audiencia.

Hoy, la tecnología permitía que los consumidores no solo fueran receptores, sino también cocreadores, sumando ideas y participando en el desarrollo de piezas reales.

Esto no eliminaba el rol humano; al contrario, lo volvía más estratégico.

La narrativa, la coherencia con la marca, la ética en el uso de imágenes y datos, y la visión creativa seguían siendo insustituibles.

Lo que cambiaba era que esas capacidades ahora podían multiplicarse, escalarse y llegar más lejos que nunca.

En esta nueva cancha, el tamaño ya no era excusa.

La velocidad, la flexibilidad y el atreverse a experimentar serían las verdaderas ventajas competitivas.

Y si algo demostraba este cambio de paradigma, era que las mejores ideas —vengan de donde vengan— tenían hoy la misma oportunidad de ganar.

Javier Arriola
Javier Arriola
Head of Brand Marketing de ComparaOnline.
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