El poder se ha descentralizado. Hoy, la influencia ya no baja desde las marcas o los influencers, sino que, cada vez más, sube desde la base, donde se concentran los comentarios de los usuarios en una suerte de “coment-cracia”.
Según el estudio más reciente de la agencia global Ok Cool, el 91% de los usuarios declara leer los comentarios en redes sociales.
Pero eso no es todo, ya que el 65% de los encuestados considera que las opiniones de los comentaristas son más entretenidas que los mismos contenidos.
Este escenario constituye una oportunidad para la industria publicitaria:
Los comentarios son el focus group brutal y sin anestesia que las empresas temen, pero necesitan.
En esta línea, la jugada más estratégica para las marcas es ser lo suficientemente conscientes de sí mismas para reconocer la crítica, escuchar el comentario y sumarse al chiste con humor e inteligencia.
Otro hallazgo interesante del informe es que un tercio de los cibernautas se describe a sí mismo como “hater”.
Ahora bien, esta caracterización no proviene de la amargura, sino desde el desborde emocional y el cansancio cultural.
En tiempos de sobreexposición y ansiedad colectiva, odiar algo con un toque de humor puede ser liberador, y el mero acto de criticar en masa se convierte así en una catarsis compartida, una rabia lúdica que, en lugar de dividir, une.
La resurrección de los foros de conversación
Bajo el alero de esta coment-cracia, no sorprende el renacimiento de Reddit, foro digital creado hace 20 años para compartir opiniones y someter temas de conversación a votaciones populares.
En base a los estudios de la investigadora de mercado norteamericana eMarketer, esta plataforma se consolidó como la red social de más rápido crecimiento en 2025.
Asimismo, según The Financial Times, Substack anotó más de 5 millones de suscripciones pagadas en 2025. ¿La razón? Esta plataforma se ha transformado en una red de comunidades intelectuales y afectivas.
Los autores no escriben solo para informar, sino para dialogar, construir nichos y crear vínculos. De este modo, la relación entre creador y lector es horizontal: un intercambio de ideas que reemplaza el “me gusta” por la conversación.
Ambas redes comparten una misma esencia, que es la búsqueda de autenticidad. Frente a la sobreproducción de contenido viral, ofrecen espacios donde la gente se detiene, opina, contradice y se involucra.
En otras palabras, son los nuevos foros donde se está articulando la cultura digital.
Para las marcas y creadores, este auge marca un punto de inflexión.
Ya no basta con estar en redes: hay que estar en la conversación. Y en este nuevo mapa, el poder está en quienes comentan, debaten y construyen significado, no solo en quienes publican.
