Las TIC del siglo XX
En el siglo XX se produjo el surgimiento gradual de las tecnologías de la información y comunicación (TIC). A lo largo de ese período hicieron su aparición la radio (1920), el cine (1940), la televisión (1950–1960) e internet (1990).
Aunque cada una de ellas constituyó un avance en la forma de difundir información y entretenimiento, todas presentan una limitación en común: la transmisión solo estimula dos sentidos del interlocutor, el audio y la vista.
En el presente y en el futuro cercano, este paradigma comienza a quedar atrás.
El futuro del sonido
En la década pasada, dos científicos españoles diseñaron Brain Polyphony, una interfase cerebro-computadora (ICC) que consiste en un casco neural —hardware— y un programa asistido por inteligencia artificial capaz de leer ondas cerebrales y traducirlas en música.
A partir de este desarrollo, las emociones y los sentimientos humanos pueden transformarse en sonidos audibles y conformar melodías basadas en estados anímicos.
El sistema también puede operar de manera inversa: es posible escuchar música no acústica ni auditiva, sino mediante estimulación cerebral.
Esto establece un nuevo estándar de sonido con máxima fidelidad, ya que el ruido ambiental desaparece y las melodías se reproducen a través de impulsos eléctricos decodificados por el área cerebral destinada al audio.
El futuro de la imagen
El 7 de marzo de 2023, la Universidad de Osaka hizo públicos avances en neurotecnología que permiten leer impulsos cerebrales asociados al pensamiento y convertirlos en imágenes.
Los estudios para transformar ondas cerebrales —alfa, beta, delta, theta y gamma— en imágenes comenzaron en 2011 con experimentos del equipo de investigadores de la Universidad de California en Berkeley.
En ese momento, los científicos lograron captar la actividad visual del cerebro humano y reconstruirla en videoclips digitales, aunque con un nivel de definición limitado.
Para superar esos estándares, el equipo japonés fusionó la resonancia magnética funcional (fMRI) con la herramienta Stable Diffusion, asistida por inteligencia artificial.
Esta convergencia entre neurotecnología e IA probablemente constituya el futuro del sonido y la imagen, al redefinir el campo audiovisual mediante la eliminación del componente vibratorio de la luz y el sonido.
El resultado serían imágenes y sonidos de alta definición y fidelidad, reproducidos directamente en la mente humana, con un realismo equiparable a la experiencia sensorial visual obtenida a través de los ojos y el cerebro.
El futuro de la experiencia sensorial absoluta
Las experiencias inmersivas mediante dispositivos de interfaz cerebro-computadora permiten ampliar el campo de experimentación sensorial más allá de la vista y el sonido.
Estos dispositivos hacen posible la activación neurológica no solo del audio y la visión, sino también del tacto, el gusto y el olfato.
La empresa neurotecnológica Neurosky ya ha iniciado este camino a través del programa ZenZone. El sistema utiliza un dispositivo ICC con audioguía que permite al usuario:
- Reducir el estrés de forma rápida y alcanzar una profunda relajación.
- Practicar mindfulness, entrenando al cerebro para lograr estados de calma y atención enfocada.
- Desarrollar una actitud positiva mediante técnicas orientadas al optimismo.
- Fortalecer la autodisciplina y la fuerza de voluntad.
Uno de los aspectos más relevantes es que el dispositivo permite activar áreas cerebrales vinculadas al tacto, el olfato y el gusto, posibilitando una experiencia sensorial completa sin necesidad de guantes, chalecos hápticos u otros dispositivos externos.
