El rápido avance de las tecnologías digitales y la creciente transversalidad de sus aplicaciones han impulsado a diversos sectores productivos a adoptar una amplia gama de soluciones tecnológicas con el fin de optimizar sus procesos y lograr operaciones más eficientes y sostenibles.
Este cambio se ve reflejado en el informe “Un camino digital para el desarrollo sostenible de América Latina y el Caribe” de Cepal (2022), que destaca cómo varios países de la región están orientando sus agendas digitales hacia programas específicos que fomentan la adopción de tecnologías emergentes, como la inteligencia artificial, blockchain, Internet de las cosas (IoT) y robótica avanzada en sectores productivos estratégicos.
En este contexto, subrayo que la transformación digital no puede lograrse mediante la implementación aislada de estas tecnologías, sino que deben integrarse para maximizar su impacto y asegurar beneficios tangibles en las diversas industrias.
Para mí, es una suma de todo. Hablar -por ejemplo- solo de gemelos digitales o inteligencia artificial sin una base sólida y sin una solución de machine learning, no tiene valor.
Cambio organizacional para la transformación digital
No obstante, enfatizo en que la transformación digital va más allá de la tecnología; requiere un cambio cultural profundo dentro de las organizaciones.
Este proceso no depende únicamente de la tecnología, sino también de un cambio en la mentalidad. La transformación digital sin transformación cultural no avanza.
Termina siendo solo un software, una inversión, un costo, si no viene acompañado de un cambio en la cultura, porque esa tecnología tiene que escapar del mundo IT.
Tiene que servir en el área financiera, comercial y en la cadena de suministro.
En apoyo a esta perspectiva, el artículo “Gestión del cambio: las personas en el centro de la transformación digital de Practics Business Solutions (2023)” destaco que involucrar a las personas en el proceso de transformación digital permite identificar mejor las necesidades y preocupaciones de todas las partes interesadas, asegurando que el equipo entienda cómo el cambio les afectará y por qué se están tomando ciertas decisiones.
Este enfoque facilita una mayor adopción de las nuevas tecnologías.
Algunas compañías pueden mostrarse reticentes a esta transformación, lo cual se puede atribuiír al desconocimiento.