En el auge del comercio electrónico, recibir un paquete en casa es la cara visible de un sistema logístico mucho más complejo, donde cada etapa cumple un rol clave para garantizar una experiencia fluida.
Desde el primer movimiento del producto hasta la proximidad del artículo a tu hogar, Rocktruck activa una red de procesos interconectados que definen la eficiencia y la sostenibilidad de las entregas.
La primera milla: donde todo comienza
Todo inicia en la «primera milla», cuando los productos son trasladados desde su origen, como puertos, fábricas o centros de producción, hacia los principales centros de distribución.
Esta etapa establece la base del sistema logístico y, si algo falla aquí, las demoras afectan las fases posteriores.
Según Deloitte, la incorporación de tecnologías como la inteligencia artificial y el uso de vehículos eléctricos están transformando esta etapa, permitiendo una gestión más precisa y sostenible.
En Rocktruck, Alejandro Encina, gerente de Operaciones, lidera esta fase crítica con una visión estratégica y operativa.
“La primera milla marca el ritmo de toda la cadena. Optimizarla es clave para evitar cuellos de botella que afecten el resto del proceso”, explica Encina.
Bajo su liderazgo, el equipo de aproximadamente 200 personas, incluyendo conductores y coordinadores, utiliza herramientas tecnológicas avanzadas como la plataforma Samantha para gestionar y monitorear cada movimiento de los productos.
“No solo se trata de trasladar productos, sino de coordinar cada detalle para asegurar que lleguen a tiempo y de manera eficiente”, dijo Encina.
La penúltima milla: acercando los productos al consumidor
El siguiente paso, conocido como la «penúltima milla», conecta los centros de distribución principales con almacenes locales o tiendas.
Esta fase es fundamental para ubicar los productos cerca de los consumidores, facilitando entregas más rápidas y económicas en la última etapa del proceso.
Alejandro destaca la importancia de esta etapa: “en la penúltima milla, no solo posicionamos los productos más cerca del cliente, sino que generamos un equilibrio logístico que permite una última etapa más eficiente y económica”.
Gracias a una planificación de rutas optimizada y el uso de vehículos más pequeños, reduce las emisiones y agiliza las entregas.
Además, la integración de la plataforma Samantha permite una coordinación en tiempo real, adaptándose a la demanda y mejorando la disponibilidad de productos en los puntos de venta locales.
Encina también enfatiza el papel crucial de la penúltima milla en la sostenibilidad y la eficiencia operativa: “estamos comprometidos con reducir nuestra huella ambiental y mejorar la rapidez de nuestras entregas. La penúltima milla es clave para lograr estos objetivos, ya que nos permite optimizar el uso de recursos y responder de manera ágil a las necesidades del mercado”.
Integración tecnológica: el ADN del nuevo estilo de operaciones
Uno de los principales desafíos en la gestión de la primera y penúltima milla es la integración tecnológica.
La tecnología permite gestionar de manera integral todas las operaciones de transporte, desde el monitoreo en tiempo real de los camiones hasta la ejecución de pagos y la gestión de indicadores clave de rendimiento.
“Nuestro objetivo es que cada proceso operativo requiera menos tiempo y recursos, permitiendo a nuestro equipo enfocarse en atender mejor a nuestros clientes”, explica Encina.
Esta integración tecnológica no solo optimiza las operaciones diarias, sino que también facilita la expansión hacia nuevas líneas de negocio y mercados internacionales.