El comienzo de esta década, marcada por la pandemia de Coronavirus COVID-19 y la consolidación de las tecnologías de la información y comunicación (TIC), el teletrabajo, la formación a distancia y la economía colaborativa, supuso también el inicio de la cuarta revolución industrial (4.0).
La cuarta revolución industrial (4.0) se vio impulsada por la convergencia de las tecnologías exponenciales, como lo son la biotecnología, la nanotecnología, la infotecnología y la cognotecnología (BNIC), y tuvo como protagonista destacada a la inteligencia artificial (IA).
La colección titulada “La era de la inteligencia artificial” buscó exhibir en cinco libros las principales áreas de influencia de la inteligencia artificial.
El primer título, “La inteligencia artificial y su impacto en el sistema penal”, presentó cómo la IA comenzó a dar sus primeros pasos en el sistema de administración de justicia por medio de la incorporación de sistemas informáticos asistidos por inteligencia artificial en las áreas de policía predictiva y justicia predictiva, tanto a nivel global como nacional.
El segundo libro, titulado “La Deep Web y la obtención de prueba digital en el proceso penal”, analizó el nacimiento de la Deep Web en 2002 y su desarrollo hasta la actualidad. También expuso con qué métodos forenses y jurídicos se cuenta para la obtención de prueba digital que pueda ser incorporada al proceso penal en la investigación de delitos.
El tercer título, “La detección de Deep Fake y Fake News en la era de la inteligencia artificial”, puso de manifiesto el serio peligro que presentó para los sistemas democráticos de gobierno y para los sistemas de administración de justicia, debido al surgimiento de un nuevo régimen de la verdad, manipulable a través de falsificaciones profundas (Deep Fake) y noticias falsas (Fake News).

El cuarto libro de la colección, bautizado “La propiedad intelectual en la era de la inteligencia artificial”, se adentró en un problema casi existencial: qué nivel de creatividad puede tener un organismo o sistema informático asistido por inteligencia artificial.
La liberación de inteligencia artificial generativa (IAG) a fines de 2022, por medio de dispositivos tales como ChatGPT (OpenAI), Copilot (Microsoft), Gemini (Google), IA Meta (Meta), Grok (X), Llama 3 (Meta), Ernie 4.0 (Baidú), Mistral 7B (Mistral), Claude (Anthropic) y Seekdeep (Nvidia), entre otros, llevó a interrogantes tales como: ¿Pueden los dispositivos de IAG ser titulares de derechos de autor?, ¿quiénes son los titulares de derechos si los sistemas IAG no lo son?, ¿deben los diseñadores, desarrolladores e implementadores de dispositivos IAG pagar derechos de autor a los artistas de cuyas obras se nutren para ser entrenados?, ¿qué es considerado criptoarte?, ¿qué son los bienes intangibles no fungibles (Non Fungible Token -NFT-)?
Finalmente, la quinta obra de la colección, titulada “El valor del idioma en la era de la inteligencia artificial”, abordó la problemática de la traducción automatizada de idiomas por medio de sistemas informáticos asistidos con algoritmos de inteligencia artificial.
Sin embargo, esta traducción automatizada, que por momentos buscó eclipsar la carrera de traductores públicos de idiomas, ocultó las deficiencias de una traducción descontextualizada, llevando a resultados atemporales, aculturales y desprovistos del sentido genuino y original de la sociedad de la cual proviene, con interpretaciones deficientes.
También se soslayó el valor del aprendizaje de un idioma extranjero y las ventajas físicas, cognitivas y culturales que reporta para el sujeto que logra dominar esa lengua, incrementando no solo sus facultades cognitivas y físicas, sino potenciando su imaginación y ampliando su horizonte cultural.