Al revisar con detenimiento el ranking Merco Líderes 2024, se revela un patrón común entre los ejecutivos que encabezan la lista.
Tanto Alan Meyer como Andrónico Luksic han logrado proyectar su liderazgo más allá de los indicadores financieros. ¿Cómo? Estableciendo una conexión genuina con las personas a través de distintos canales de comunicación.
Hoy, más que nunca, los gerentes deben asumir que su marca personal no solo impacta su reputación individual, sino también el desempeño y la percepción pública de las empresas que lideran.
En palabras de Andy Stalman, conocido como Mr. Branding, en su libro Brandoffon, “las marcas necesitan líderes con identidad, no solo ejecutivos con cargos”.
En un entorno altamente competitivo, la confianza y la credibilidad se han transformado en activos clave para establecer vínculos sólidos con colaboradores, inversionistas y clientes.
Cinco pilares del branding personal ejecutivo
En sintonía con la visión de Stalman, el desarrollo de una marca personal en altos ejecutivos se apoya en cinco fundamentos esenciales:
- Visibilidad: Estar presente, ser visto y reconocido dentro y fuera de la organización.
- Humanización: Mostrar cercanía, valores, errores y aprendizajes.
- Presencia digital: Tener una estrategia activa y coherente en redes sociales.
- Coherencia con la empresa: Que el discurso y las acciones del ejecutivo reflejen los valores de la compañía.
- Cercanía con la audiencia: Conectar con los distintos stakeholders a través de un lenguaje claro, empático y auténtico.
El liderazgo desde la visibilidad
La figura del empresario distante que observa desde su oficina está quedando en el pasado. En la actualidad, los líderes visibles y activos en redes sociales fortalecen la reputación y credibilidad de sus marcas.
Esto se respalda con un estudio realizado por LinkedIn y Edelman, que reveló que el 73% de los tomadores de decisiones confía más en empresas cuyos ejecutivos tienen una marca personal sólida.
Un CEO que comunica con transparencia, se involucra con sus stakeholders y encarna los valores de su organización no solo fortalece su imagen personal, sino que también contribuye a consolidar la confianza hacia la empresa que representa.
En esta era de hiperconectividad, los ejecutivos que comprenden y aplican el poder del branding personal se destacan, inspiran y crean marcas más fuertes y sostenibles.