viernes, julio 11, 2025

Marcas que sorprenden, experiencias que se comparten: el nuevo código Gen Z

La Generación Z redefine el vínculo con las marcas a través de experiencias híbridas que combinan lo físico y lo digital, lo espectacular y lo emocional. En este escenario, las activaciones memorables se convierten en el nuevo lenguaje del consumo.

Cada vez más marcas apuestan a crear experiencias In Real Life (IRL) que combinan lo físico y lo digital, lo espectacular y lo emocional.

Para la Generación Z, no se trata solo de comprar, sino de formar parte de una comunidad, asistir a una experiencia compartida y tener algo único que mostrar en redes.

Una generación nativa digital -como lo es la Gen Z- no espera solamente consumir publicidad de la manera tradicional, sintoniza en cambio con activaciones híbridas que puedan vivirse en persona y luego resignificarse de manera online.

El “Instagram moment” o “TikTok-worthy” ya es parte del diseño de la experiencia y hoy el contenido de las marcas apunta a generar esa conversación.

Marcas como Miu Miu con sus Summer Reads Pop-Ups lo entendieron bien. El lujo se volvió literatura más espacio, más estética: un rincón visualmente perfecto para hojear libros, compartir contenido y ser parte de algo más que un simple punto de venta.

Jacquemus, por su parte, redobló la apuesta en Londres con la apertura de un local en formato “experiencia sensorial”, donde la arquitectura retail se convierte en contenido cultural.

Desde paredes rosa pastel hasta carteras XL expuestas como obras de arte, todo el espacio funciona como escenario para el storytelling personal de cada visitante.

En la vía pública, el formato XL se convirtió en una táctica clave para atrapar miradas y celulares.

Carteras de lujo inflables que ocupan media calle, frascos de perfume de cinco metros de alto, zapatillas gigantes apoyadas sobre techos: marcas como Loewe, Louis Vuitton, Adidas, Fendi o Marc Jacobs convirtieron sus productos icónicos en esculturas urbanas para atraer tráfico, generar conversación e instalarse en el feed colectivo. El tamaño importa cuando se trata de destacar.

El cruce con el entretenimiento también gana terreno. Un caso paradigmático fue la instalación de Severance (Apple TV+) en Grand Central Station, donde la oficina ficticia de la serie se recreó para que los transeúntes ingresaran al universo distópico como empleados temporales.

Otra activación que cautivó mucha atención fue el falso casamiento de Nico Occhiato y Flor Jazmín Peña transmitido por Luzu TV, que terminó siendo una intervención en vivo para promocionar Bridgerton (la serie de Netflix) con drama, estética y viralización asegurada.

En un escenario de saturación digital, las marcas no solo compiten por clics: compiten por experiencias memorables. La sorpresa, el espectáculo y la emocionalidad compartida también son indicadores de éxito. Es importante pensar las activaciones como relatos que se caminan, se filman, se viven y se comparten y diseñar momentos con impacto, estética y sentido.

Mariela Mociulsky
Mariela Mociulsky
CEO de Trendsity.
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