miércoles, junio 25, 2025

Storytelling en crisis: cuando los algoritmos apagan la identidad de marca

En un entorno saturado por contenido algorítmico, el storytelling de marca se enfrenta a la homogeneización y la pérdida de identidad. Este análisis explora cómo las marcas, al intentar complacer a los algoritmos, corren el riesgo de volverse irrelevantes, y destaca ejemplos de aquellas que logran mantener su autenticidad y propósito.

En un contexto de sobreexposición al contenido algorítmico y repetitivo, el storytelling de las marcas se vuelve predecible, intercambiable y cada vez menos significativo.

Lo que antes era singular, ahora se diluye en tendencias fugaces, memes reciclados y un tono genérico que termina por alienar a las audiencias en lugar de conectar.

Muchas marcas están adaptando su narrativa para «agradar» a los algoritmos de las plataformas, pero pierden personalidad en el camino.

Mucho de lo que se ve es multiplicación de contenido «blando»: piezas que buscan viralizarse pero carecen de mensaje o propuesta original.

Los timelines de muchas marcas están saturados de fórmulas repetidas, lo que genera fatiga cultural y desvincula emocionalmente a los consumidores.

Marcas que mantienen su autenticidad

Sin embargo, algunas marcas logran seguir siendo frescas. Con estilos que varían —desde el sarcasmo hasta la coherencia silenciosa— apuestan por ser auténticas y diferentes.

Patagonia, por ejemplo, tiene una narrativa que no es performativa sino política y ambiental, dado que sigue desafiando la lógica del consumo desde adentro del mercado y lo hace con una coherencia que pocas marcas globales pueden sostener.

Ryanair transformó su cuenta de Twitter/X en un ejemplo de irreverencia digital. Se ríen de las quejas de los usuarios, hacen memes con sus propios servicios y mantienen un tono que desafía la solemnidad del sector aéreo.

En Argentina, Cerveza Andes fue pionera en narrativas que mezclan lo absurdo con lo emocional y construyó una marca que suena local, cercana y con una cuota de «delirio» pero amable y nunca se toma demasiado en serio.

Bodega Dante Robino es un ejemplo de cómo en una industria plagada de solemnidad, se puede descontracturar. Su lema, «Vino para acercanos», se volvió una declaración de principios.

Las campañas, etiquetas y redes sociales reflejan un tono conversacional, accesible que apela al consumidor real que quiere disfrutar sin estudiar.

En una era donde lo online y lo offline se mezclan sin fricción, las marcas corren el riesgo de volverse indistinguibles si no protegen su núcleo cultural y su propósito narrativo.

La homogeneización algorítmica puede ser eficiente a corto plazo, pero daña el vínculo a largo plazo.

Diferenciarse no es solo una ventaja, también es una estrategia distintiva: volver al origen, a la historia propia, al propósito real, y desde ahí, crear contenido que resuene tanto on como offline.

Mariela Mociulsky
Mariela Mociulsky
CEO de Trendsity.
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