El cambio climático es uno de los mayores desafíos que enfrenta nuestro planeta, impulsado en gran parte por las emisiones de gases de efecto invernadero, especialmente el dióxido de carbono (CO2).
Según el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF por sus siglas en inglés), de mantenerse los actuales niveles de consumo de recursos, necesitaremos tres planetas para 2050.
En este contexto, la descarbonización se ha convertido en un objetivo crucial a nivel mundial para limitar el calentamiento global y evitar sus impactos catastróficos, como eventos climáticos extremos, sequías, lluvias extremas y pérdida de biodiversidad.
La adopción efectiva de fuentes de energía renovables demanda la movilización de recursos y dirigir las inversiones necesarias para lograr un funcionamiento social.
Además, es esencial para alcanzar estos objetivos para el desarrollo de urbes inteligentes que sean sostenibles y resilientes.
A medida que nos adentramos a una era de rápida urbanización y avance tecnológico, las ciudades inteligentes presentan una visión de un futuro donde la tecnología y la vida urbana se integran armoniosamente.
Datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) destacan que, para 2050, aproximadamente el 68% de la población mundial vivirá en áreas urbanas.
Este cambio significativo hacia la vida urbana plantea numerosos retos, desde la gestión de recursos e infraestructura, hasta garantizar el bienestar de una población cada vez más densa y concentrada.
Datos alentadores de un reciente informe del World Energy Outlook de la Agencia Internacional de Energía, la inversión en energía limpia ha aumentado un 40 por ciento desde 2020.
Esto está impulsado por el esfuerzo por reducir las emisiones, la justificación económica para tecnologías de energía limpia maduras, la seguridad energética y el deseo de crear empleos en esta materia.
Las ciudades inteligentes, centradas en la conectividad, el uso de datos y el diseño innovador, presentan una solución prometedora para estos desafíos.
Aprovechando la tecnología, las smart cities tienen como objetivo crear un entorno urbano capaz de alojar a una gran población mientras mejora la calidad de vida de sus habitantes de manera sostenible.
Siguiendo las últimas directrices del Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sostenible (WBCSD) para el cálculo de las emisiones evitadas, en ABB ayudamos a nuestros clientes a reducir 74 mega toneladas (Mt) de CO2e en 2023.
Esto incluye industria, transporte, edificios, y centros de datos, entre otros rubros.
El papel de la tecnología en la adopción de energías renovables
Para lograr estos propósitos, es crucial reducir las emisiones de CO2 en sectores clave como transporte, construcción y generación de energía.
Según la Agencia Internacional de Energía (AIE), el sector energético es responsable de casi el 75% de las emisiones de gases de efecto invernadero, lo que subraya la importancia de una transición rápida y eficaz hacia fuentes de energía renovables.
Ante este escenario, la tecnología juega un papel central en la adopción efectiva de fuentes de energía renovables y en la reducción de las emisiones de CO2.
A continuación, te comparto algunas de las formas en que la tecnología puede contribuir a estos objetivos:
- Sistemas de gestión inteligente de la energía: La implementación de sistemas de gestión de energía como la plataforma ABB Ability Building Analyzer permite optimizar el uso de la energía en cualquier tipo de edificios e industrias.
Estos sistemas utilizan sensores y dispositivos IoT (Internet de las Cosas) para recopilar datos en tiempo real sobre el consumo de energía y emplean algoritmos avanzados para analizar estos datos, identificar patrones de consumo y sugerir ajustes que mejoren la eficiencia energética. - Redes eléctricas inteligentes: Las redes eléctricas inteligentes integran fuentes de energía renovable de manera eficiente, gestionando el uso de energía y corroborando la información con equipos de medición avanzada y comunicación.
- Edificios inteligentes: Existen dispositivos que incorporan tecnologías de automatización y gestión de energía que optimizan el uso de recursos, reducen el consumo energético y mejoran el confort de los ocupantes.
Sin duda, estas estrategias permiten reducir significativamente las emisiones de carbono asociadas a los edificios, además de ayudar a las compañías a conseguir sus metas de reducción de huella de carbono.
Construir una infraestructura energética más inteligente y adaptable
Una red energética más inteligente, que incorpore una gestión eficiente de la energía, será esencial para desbloquear el potencial de las energías renovables para construir ciudades inteligentes.
Esto será realidad al incorporar tecnologías avanzadas que transforman la generación, gestión y distribución de energía.