En la práctica profesional del derecho marcario lo reiteramos en cada asesoramiento a emprendedores, pymes y grandes compañías: contar con protección marcaria es esencial para la estrategia de cualquier negocio.
La marca identifica y diferencia a los productos y servicios en el mercado. Su adecuada protección es clave para garantizar su titularidad, así como para ejercer acciones frente a terceros infractores, resguardando de este modo la inversión realizada.
Idealmente, cualquier mejora en el sistema de registro de marcas debería impactar positivamente en el desarrollo de los negocios y, por lo tanto, en la economía real.
En ese marco, y en línea con la política de desregulación impulsada por el Gobierno, la semana pasada se dio un paso relevante.
Se implementó la Resolución 583/2025 por parte del Instituto Nacional de la Propiedad Industrial (INPI) para agilizar el trámite. Hasta ahora, un proceso que no encontrara obstáculos podía demorar aproximadamente 8 meses.
Si bien este era un tiempo menor al de años anteriores, no lograba alinearse con la dinámica que la realidad de los negocios requiere para lanzar productos.
Dicho proceso incluía un análisis de registrabilidad basado en los distintos criterios previstos en la Ley de Marcas.
Ahora, el rol del organismo limitará el examen de las nuevas solicitudes a evaluar solo las prohibiciones absolutas y las vinculadas al orden público. Los conflictos entre marcas similares quedan supeditados a planteamientos de terceros que interpongan una oposición.
Vencido el plazo de 30 días desde la publicación en el Boletín Oficial, si la marca no recibió oposiciones, será concedida.
Los considerandos buscan fomentar “la inversión, la innovación, diferenciación competitiva y generación de empleo en todo el territorio nacional”.
Se deja de manifiesto que es el titular quien debe decidir si ejerce su defensa frente a afectaciones a través de oposiciones o acciones de nulidad. Este nuevo criterio acerca a la Argentina a los sistemas de la Unión Europea.
Un sistema de marcas previsible, moderno y alineado con estándares internacionales ordena el mercado. Esto impulsa finalmente la inversión y el desarrollo económico del país.
