Ipsos presentó la actualización de su informe insignia Global Trends bajo el concepto de “La Década Inquieta”.
El estudio, realizado a más de 33.000 personas en 43 países, revela un entorno donde la inestabilidad y el cambio permanente operan como un nuevo punto de equilibrio para las sociedades contemporáneas.
Tensiones globales y fragmentación del consenso
La edición 2025 identifica fuerzas estructurales que redefinen la vida social, como la fragmentación del consenso global y el avance acelerado de la IA Generativa.
Según el informe, el 64% de las personas valora la globalización, pero el 70% prefiere productos nacionales, reflejando una tensión creciente entre la integración mundial y el repliegue hacia lo local.
“Estamos frente a una década marcada por paradojas. Las personas buscan estabilidad, pero perciben mayor desconexión; valoran la innovación, pero temen su impacto; demandan progreso, pero se aferran a certezas del pasado. Global Trends permite comprender estas tensiones y anticipar cómo evolucionarán valores, percepciones y comportamientos en los próximos años”, afirma Martín Tanzariello, gerente de marketing y comunicación de Ipsos Argentina.
Tecnología y desconfianza institucional
En el ámbito tecnológico, el 71% considera que la innovación será clave para resolver desafíos futuros, aunque el 56% cree que el progreso destruye aspectos esenciales de la vida cotidiana.
En Argentina, el 80% de los consultados manifiesta preocupación por el uso de sus datos personales, y el 50% teme efectos negativos derivados del avance tecnológico.
La desconfianza institucional es otro pilar crítico: el 56% de la población mundial sostiene que “el sistema está roto”.
Esta percepción convive con una alta exigencia hacia el sector privado, donde el 81% de los consumidores espera que las empresas apoyen causas sociales relevantes sin descuidar su rentabilidad.
En el mercado local, 8 de cada 10 argentinos perciben que la atención al cliente se ha vuelto demasiado automatizada.
El desafío de la confianza en Argentina
“Argentina refleja de manera concentrada las tensiones de esta década. Se combinan expectativas de progreso, preocupaciones sociales profundas y una demanda clara hacia marcas e instituciones: actuar con coherencia, transparencia y un sentido humano real. En este contexto, comprender los valores y motivaciones de las personas se vuelve imprescindible para construir confianza sostenible”, sostiene Tanzariello.
La construcción de confianza en el país depende de equilibrar la eficiencia tecnológica con experiencias que preserven la cercanía.
El 71% de los locales cree que la economía favorece solo a los sectores poderosos, lo que refuerza la necesidad de que las marcas actúen como agentes de bienestar social y transparencia real.




