La digitalización transformó innumerables industrias en todo el mundo, optimizando procesos, reduciendo costos y mejorando la eficiencia.
Sin embargo, en el sector logístico, especialmente en Argentina, la adopción de tecnología enfrenta una serie de resistencias que van más allá de la voluntad de innovar.
De hecho, según datos de plataforma de logística 4.0 Avancargo, el 33% de los transportistas argentinos tienen sus documentos únicamente en formato físico y el 48% sigue presentando la documentación solicitada en formato papel.
Además, sólo un 8% admite que usa un sistema digital para presentar documentación.
Para Diego Bertezzolo, CEO de Avancargo, la digitalización no solo es una herramienta de mejora operativa, sino una necesidad estratégica.
«Un buen sistema, una buena plataforma, te tiene que sacar del hoy, de la urgencia, y llevarte a la planificación a largo plazo. Un sistema bien implementado, ya sea para un dador de carga o un transportista, ayuda a ordenar recursos, prever incidencias, organizar mejor el trabajo y, sobre todo, reducir horas hombre en tareas no críticas«, explica.
Sin embargo, reconoce que la transición a un entorno digital no es inmediata ni sencilla. «En el corto plazo, implementar un sistema suma trabajo. Este es el desafío del cambio digital, pero en el largo plazo, es la herramienta con la cual las empresas van a poder crecer y seguir compitiendo«, agrega.
Las razones que obstaculizan la digitalización
Hoy, cuando se habla de digitalización, el desafío no radica en la falta de interés, sino en la capacidad para llevar adelante el proceso de transformación.
La gran mayoría de la flota circulante está en manos de Pymes, y la consecuencia de esta realidad es que, en muchos casos, los intentos de digitalización fracasan no porque la tecnología no funcione, sino por falta de estructura organizativa para sostenerla.
«Muchos nos dicen que no les alcanza la gente o que no tienen tiempo. Hay un consenso de que hay que digitalizarse, pero ahí es donde aparece la verdadera resistencia: en el día a día, en cambiar costumbres«, analiza Bertezzolo.
La resistencia al cambio digital afecta tanto a grandes empresas como a Pymes, pero por motivos distintos.
En las empresas más grandes, la implementación de un sistema se mantiene y crece con el tiempo, pero la resistencia viene de las costumbres.
En las Pymes, el problema principal es la falta de estructura y de personal suficiente para administrar la herramienta.
Además, muchas Pymes que cuentan con pocos camiones siguen gestionando su negocio de manera analógica. «El dueño lleva todo en una hoja de papel a la par que maneja el camión. Digitalizarse implica ordenar procesos, pero también exige una inversión de tiempo y recursos que no siempre está disponible«, puntualiza Bertezzolo.
Otro de los grandes mitos en torno a la digitalización es la idea de que su implementación es demasiado compleja o requiere una capacitación inalcanzable para los trabajadores del sector.
Sin embargo, Bertezzolo desafía esta percepción: «en software se dice que, si el usuario no entiende la plataforma, es culpa del diseño y no del usuario. Hoy en día, cualquier persona maneja WhatsApp o usa Google. Un buen sistema debe tener una interfaz intuitiva, con lógicas complejas en el back-end, pero de fácil navegación para el operador«.
Aun así, reconoce que la capacitación es un factor clave para una adopción exitosa. «Claramente hay soporte involucrado y procesos de aprendizaje, pero el desafío es que el software se adapte al usuario y no al revés«.
Más allá de los desafíos internos de las empresas, el contexto económico y social también influye en la adopción tecnológica.
«En Argentina, muchas empresas están resolviendo problemas urgentes en lugar de planificar a largo plazo. Implementar un software requiere una inversión de tiempo que muchos sienten que no pueden permitirse«, dice Bertezzolo.
Sin embargo, insiste en que esta es una visión cortoplacista. «Un software bien implementado ordena la operación y permite proyectar. No es solo una herramienta técnica, sino una estrategia para mejorar la competitividad«.
Planes a futuro: innovación en la logística
A pesar de las barreras, el sector sigue avanzando en soluciones tecnológicas para mejorar la eficiencia.
En el caso de Avancargo, Bertezzolo adelanta que la empresa está desarrollando nuevos módulos para cubrir necesidades específicas del mercado.
«Estamos trabajando en un nuevo módulo de servicios para empresas que hacen transporte, pero también prestan servicios complementarios, como en la minería y el petróleo. Además, estamos desarrollando herramientas para la administración de flotas, mantenimiento y planificación operativa«.
Otro gran desafío es adaptar la tecnología a las necesidades de las Pymes. «Queremos crear una versión más simple y accesible de nuestro sistema para empresas pequeñas, que no cuenten con los recursos para una solución completa«.
A nivel industria, destaca que hay mucho desarrollo en software para la última milla y la logística urbana, pero que aún queda mucho por hacer en el transporte de larga distancia.
«Ahí es donde Avancargo quiere seguir innovando y donde vemos una oportunidad para generar un verdadero impacto en la eficiencia logística en todos los niveles«, menciona el emprendedor.
La digitalización en la industria logística es un camino inevitable, pero lleno de desafíos. La resistencia no está en la falta de interés, sino en la falta de estructura, capacitación y tiempo para implementar nuevas herramientas.
Sin embargo, las empresas que logren superar estos obstáculos no solo mejorarán su eficiencia, sino que tendrán una ventaja competitiva clave en un mercado cada vez más exigente.