La minería es un mundo en constante desarrollo, buscando las maneras de eficientar sus procesos y mejorar la productividad, sin dejar de lado la seguridad.
Con ese objetivo en mente es que hace un tiempo surgieron los “perros robots”, quienes permiten desplazarse hacia terrenos irregulares o recientemente minados, facilitando las tareas exploratorias y de visibilidad.
Sin embargo, tal como ocurre con la Teoría de la Evolución planteada por Charles Darwin, los cuadrúpedos están dando paso a los bípedos en el rubro minero, dado que estos últimos ofrecen una gama de posibilidades más amplias.
Debido a su estructura, pueden llegar a lugares donde las máquinas con forma de canes nunca podrán.
“Ahora están saliendo los ‘androides’, es decir, un robot más parecido a un ser humano”, comentó Claudio Soto, director de vertical de Minería e Industria de Coasin Logicalis.
“Eso es lo que se está trabajando ahora en la automatización, porque por sus características es más fácil acceder a ciertas partes que con el ‘perro’”, complementó.
Llevándolo a la práctica, una máquina de cuatro patas puede llegar hasta aproximadamente los 50 centímetros de alto y en el caso de que tenga una cámara anexada, hasta alrededor de los 80 cms.
El “androide” alcanza cerca del doble de altura, sobre los 1.60 metros, donde están los LEDs y los indicadores que se deben leer posterior a una explosión.
“Por ejemplo, al entrar a una subestación eléctrica, suele haber problemas eléctricos o de explosiones. Ahí los lectores están a 1.60 mts., por lo que los ‘perros’ sirven de poco”, explica el especialista.
“Entonces, ya están pensando en condiciones cada vez más cercanas a los seres humanos, pero sin ponerlos en riesgo”, agregó.
Además de tener una configuración humana, estas maquinarias también están incorporando “cerebros”, gracias a la aplicación de la IA.
“Dadas sus capacidades, se les está integrando mayor procesamiento y, por ende, van a poder generar inteligencias artificiales cada vez más complejas”, advirtió el experto.
Sobre ruedas
La automatización no se remite a los cuadrúpedos y los bípedos, sino también a los vehículos.
En este ámbito, cada vez están siendo más utilizados en las faenas mineras los camiones autónomos, que, a diferencia de los “perros” y los “androides”, son usados principalmente para las tareas de transporte.
A ellos se agrega otra alternativa, los troles, que son eléctricos, por lo que no implican un gasto en combustible. Tal como un camión autónomo, conllevan un ahorro significativo de costos, pero, además, una mejora sustantiva en los estándares de seguridad de las minas.
“Los programas están hechos para que en el caso de perder la conectividad, el vehículo se detenga inmediatamente”, destacó Soto.
“Así se evitan un montón de problemáticas que hemos visto, como que el personal humano pueda tener un accidente”, finalizó Soto