Con industrias y universidades paralizadas por ataques, la región debe equilibrar su auge digital con defensas coordinadas.
Una nueva ola de ciberataques recorre Latinoamérica. Los delincuentes han pasado del robo de datos al “secuestro de servicios”, una modalidad que busca paralizar fábricas, hospitales, universidades y empresas de servicios públicos para presionar a las víctimas.
El impacto económico y social se multiplica, y pone bajo tensión a los países que, al mismo tiempo, avanzan en su digitalización y adopción de inteligencia artificial (IA).
En Argentina, los sectores más atacados son manufactura, telecomunicaciones, salud y servicios financieros, en un giro hacia la interrupción operativa más que al robo de datos.
Expertos de OCP TECH remarcan que esta fragilidad se intensifica por la falta de protocolos claros:
“El crecimiento es innegable, pero también lo es la fragilidad con la que muchas empresas están adoptando estas tecnologías. Sin una estrategia sólida de gestión de riesgos, existe la alta posibilidad de enfrentar crisis sistémicas que podrían frenar el progreso de toda la región”, advierte Ricardo Barragán, ingeniero de Preventas en OCP TECH.
Perú: el costo de detener una línea de producción
En Perú, la manufactura sigue siendo el sector más atacado. Los criminales calculan el daño que provoca detener una línea de producción, generando pérdidas millonarias y afectando el empleo.
OCP TECH ha documentado incidentes en los que una cadena de retail peruana divulgó información sensible a través de un chatbot mal configurado, reflejando cómo la adopción apresurada de IA abre nuevas puertas a los atacantes.
En Panamá, el desafío es mayor en infraestructuras críticas: las empresas de servicios públicos sufrieron un incremento del 112% en ataques a sistemas SCADA y muchas operan con vulnerabilidades sin parchear.
Al mismo tiempo, las universidades enfrentaron un 92% más de ataques a servidores de investigación y se reportó el robo de datos de más de 40.000 estudiantes.
La falta de marcos regulatorios específicos para IA coloca a Panamá entre los países con mayores debilidades de la región, según el Índice Latinoamericano de Inteligencia Artificial.
Colombia: educación y gobierno en la primera línea
En Colombia, los sectores más afectados son educación, gobierno/militar y manufactura. El propio análisis de OCP TECH subraya cómo la prisa por digitalizar procesos sin bases sólidas deriva en casos graves: “hemos documentado casos en los que la adopción apresurada de IA ha generado vulnerabilidades críticas. Una institución financiera en Colombia expuso datos de más de 100.000 clientes por no cifrar adecuadamente su sistema de IA”, alerta OCP TECH.
El “secuestro de servicios” no es un fenómeno aislado. Accenture ya advirtió en su informe Pulse of Change que amenazas emergentes como deepfakes y riesgos de terceros amplían la superficie de ataque.
Splunk, por su parte, recomienda avanzar hacia Centros de Operaciones de Seguridad (SOC) unificados y con IA predictiva. Y la organización OWASP incluyó en 2024 un Top 10 de riesgos para modelos de lenguaje, desde filtración de datos hasta inyecciones de instrucciones maliciosas.
OCP TECH: equilibrar velocidad con seguridad
Más allá de las cifras, OCP TECH sostiene que la región atraviesa un momento decisivo: “la mayoría de las organizaciones en Latinoamérica aún no cuenta con marcos de seguridad alineados con estas amenazas emergentes. El desconocimiento o subestimación de estos riesgos podría dejar a muchas expuestas a ataques no tradicionales, difíciles de mitigar con herramientas convencionales”.
Para evitar que el progreso se convierta en crisis, la compañía recomienda diseñar marcos de ciberseguridad específicos para IA, impulsar talento local, armonizar regulaciones, fortalecer la infraestructura digital y fomentar ecosistemas colaborativos entre gobiernos, empresas y academia.
“Latinoamérica enfrenta una ventana de oportunidad única para posicionarse como líder global en el desarrollo responsable de la inteligencia artificial. Pero ese liderazgo solo será posible si equilibramos velocidad con seguridad. Las decisiones que tomemos hoy determinarán si consolidamos nuestro potencial o dejamos que estas brechas se conviertan en crisis irreversibles”, concluye Barragán.