El déficit de jóvenes profesionales tecnológicos con competencias técnicas avanzadas se posiciona como uno de los principales frenos para el crecimiento de los sectores industriales que operan bajo estándares de automatización y procesos digitales.
Ante este escenario, universidades y empresas adoptaron modelos de formación centrados en la práctica directa, con laboratorios que replican condiciones reales y permiten acelerar la inserción laboral.
La transición hacia plantas inteligentes exige profesionales capaces de operar robots, manejar arquitecturas OT e interpretar datos. En este contexto, diversos programas están incorporando infraestructura tecnológica real y certificaciones reconocidas para asegurar que los futuros técnicos lleguen a la industria con experiencia concreta.
Un caso visible es el trabajo conjunto entre Rockwell Automation y Purdue University, que integra equipamiento industrial moderno, contenidos acreditados y proyectos de investigación aplicada vinculados a manufactura inteligente y digitalización.

Este enfoque está generando perfiles de alto valor. “Nuestros estudiantes tienen un dominio práctico que permite responder a necesidades inmediatas de empresas que buscan modernizarse. No se encasillan en una disciplina: pueden trabajar en terreno, resolver problemas complejos en planta y atender a clientes con autonomía”, afirmó Richardson.
Según el académico, la empleabilidad lo confirma: “la automatización está creando nuevos puestos, y la mayoría de nuestros graduados logra colocación casi total. Las compañías piden más talento con estas capacidades”.
Los estudiantes coinciden en que la experiencia con robots, controladores y plataformas de simulación les entrega una ventaja decisiva al ingresar al mercado.
“Trabajar con sistemas idénticos a los de la industria nos permite llegar al piso productivo con seguridad y conocimiento real”, señaló uno de ellos.
La combinación de práctica intensiva, infraestructura contemporánea y certificaciones actualizadas se consolida como una mejor práctica para enfrentar la escasez de talento que presiona la competitividad de múltiples sectores.
Con industrias dependientes de sistemas inteligentes y ciclos productivos más ágiles, los programas que integran tecnología real y vínculo directo con empresas están definiendo un nuevo estándar para la formación laboral.
