El 21% de los consumidores utiliza YouTube como fuente principal de inspiración antes de concretar una adquisición.
Este fenómeno refleja un cambio estructural en los hábitos de búsqueda, donde el formato de video y las reseñas en profundidad ganan terreno frente a los motores de búsqueda tradicionales o los catálogos estáticos.
La plataforma permite a los usuarios reducir la incertidumbre mediante la visualización directa del rendimiento de los productos en entornos reales.
El video como generador de confianza
La preferencia por el contenido audiovisual radica en su capacidad para ofrecer demostraciones detalladas y opiniones de terceros que resultan más auténticas para el público.
El proceso de elección se ve acelerado cuando el comprador puede observar desempaquetados o comparativas técnicas que validan su interés inicial.
La tendencia se ve potenciada por el uso de IA Generativa en la creación de contenido personalizado, lo que permite a las marcas ofrecer videos más relevantes según las preferencias individuales.
“El video no solo informa, sino que crea una conexión de confianza que el texto plano no puede replicar”, afirma un consultor de marketing digital.
Esta dinámica obliga a las empresas a integrar narrativas visuales en sus canales de venta para no perder relevancia.
Integración con el comercio electrónico
La evolución de la plataforma hacia funciones de compra directa ha facilitado la transición del descubrimiento a la transacción.
Actualmente, las herramientas de etiquetado de productos y los enlaces integrados permiten que los usuarios completen su recorrido sin fricciones excesivas.
Esta integración es fundamental para capturar al segmento que busca inmediatez y claridad en la información técnica.
“La clave está en entender que el usuario busca soluciones, no solo publicidad”, detalla el especialista.
Las marcas que logran posicionar sus productos dentro de contenidos educativos o de entretenimiento consiguen una tasa de conversión superior.
El impacto es especialmente notable en Argentina, donde el consumo de video móvil continúa liderando las estadísticas de tiempo de permanencia en pantalla.
