La aparición del modelo «como servicio» (AaaS), que incluye software como servicio (SaaS), infraestructura como servicio (IaaS) y plataforma como servicio (PaaS), entre otros, se remonta a la década de 2010 e inició un cambio en el panorama IT empresarial.
Originalmente introducidos para optimizar las operaciones de IT Adoptando la Simplicidad para el Éxito Empresarial, estos modelos han seguido evolucionando junto con las cambiantes necesidades empresariales.
Actualmente, las operaciones están cambiando como resultado de la transición del software local a los servicios en la nube, y esta tendencia se acentúa a medida que las empresas buscan sistemas más sencillos y flexibles.
La simplicidad, la adaptabilidad y la libertad de crear sin las limitaciones de una infraestructura compleja deberían ser el principal objetivo de las empresas en el futuro.
Los modelos AaaS, que antes se consideraban principalmente una herramienta para startups y pequeñas empresas, ahora son fundamentales para las grandes empresas, permitiéndoles delegar la gestión de la infraestructura y centrarse en la innovación.
Las soluciones basadas en la nube permiten a las empresas delegar gran parte de la gestión de su infraestructura, reduciendo la demanda de recursos internos.
Sin embargo, a pesar de sus ventajas, estos modelos introducen nuevas complejidades en torno a la gestión y la seguridad de los datos.
El problema: la complejidad de las soluciones de datos
La transición a soluciones basadas en la nube pretendía ofrecer a las empresas simplicidad y escalabilidad; sin embargo, la complejidad de la gestión de los servicios en la nube suele añadir nuevos desafíos.
Las organizaciones suelen enfrentarse a obstáculos al migrar a estos sistemas; según una encuesta de Veeam, el 61% de los profesionales de IT señala el riesgo de pérdida de datos durante la migración como una preocupación principal.
La complejidad de transferir grandes conjuntos de datos, garantizar la compatibilidad y mantener el acceso durante el proceso aumenta la probabilidad de errores, lo que puede provocar costosas interrupciones.
Además de los riesgos de la migración, las empresas suelen enfrentarse a vulnerabilidades de seguridad al adoptar entornos multicloud o híbridos.
Mantener la visibilidad y el control de la seguridad se dificulta cuando los datos se distribuyen en múltiples sistemas. Estos sistemas dispersos aumentan el riesgo de filtraciones y accesos no autorizados, lo que requiere medidas de seguridad robustas.
Para evitarlo, las empresas deben utilizar herramientas y protocolos sofisticados para proteger sus operaciones e información crítica.
La escasez de profesionales de IT cualificados agrava aún más el problema. Muchas empresas tienen dificultades para encontrar expertos que puedan gestionar y optimizar eficientemente su infraestructura en la nube.
Esta falta de talento ejerce una enorme presión sobre los equipos existentes, lo que a menudo resulta en agotamiento o ineficiencias que obstaculizan el pleno potencial de la adopción de la nube.
En lugar de simplificar los procesos, las organizaciones pueden enfrentarse a una mayor complejidad operativa, lo que provoca un mayor agotamiento en los equipos de IT.
Una solución: Agilidad mediante IA
A medida que las empresas se desenvuelven en estos entornos de nube cada vez más complejos, la IA se perfila como un factor clave para la resiliencia de los datos, ayudando a las organizaciones a optimizar sus operaciones.
Las soluciones basadas en IA, como los modelos de IA con agentes, desempeñan un papel fundamental en la simplificación de los flujos de trabajo de IT al automatizar procesos que tradicionalmente requerirían intervención manual.
La IA también ayuda a reducir la brecha de talento al permitir que el personal existente gestione tareas que antes eran inmanejables, permitiéndoles centrarse en iniciativas estratégicas.
Estos sistemas de IA no solo mejoran la fiabilidad, sino que también reducen los retrasos operativos, lo que facilita a las organizaciones escalar sus operaciones.
En entornos multicloud e híbridos, la IA mejora la visibilidad y el control al agregar datos entre plataformas y supervisar la seguridad en tiempo real.
Detecta amenazas con antelación, automatiza las medidas de seguridad y garantiza el cumplimiento normativo, protegiendo los datos confidenciales y previniendo filtraciones.
La IA también simplifica los servicios en la nube como SaaS, IaaS y PaaS. Mejora la migración de datos al predecir problemas, automatizar la validación y garantizar un acceso sin interrupciones, reduciendo errores e interrupciones.
Además, aborda los desafíos de compatibilidad al identificar y solucionar problemas de integración entre los sistemas heredados y la nube.
Al aprovechar la IA, las empresas pueden gestionar la complejidad de los datos, reforzar la seguridad y mantener la agilidad, lo que les permite innovar y escalar sin verse obstaculizadas por los riesgos operativos.