No hay manual. No hay fórmula mágica. Si alguien afirma lo contrario, probablemente esté vendiendo humo. Emprender es avanzar con convicción sobre terreno inestable, con más dudas que certezas y una mochila cargada de sueños que pesan… pero también empujan.
Hace 12 años comenzamos con Jano’s Eventos con una idea clara: queríamos crear espacios memorables, donde cada evento fuera único, auténtico, con alma.
Como todo emprendedor, enfrentaron mil obstáculos. Pero lo que los sostuvo fue algo más profundo: el ADN emprendedor. Ese intangible que no se aprende en un curso, pero que se cultiva en la acción cotidiana.
Pasión, flexibilidad y propósito
Para Almada, existen tres elementos clave que hacen la diferencia entre quienes logran sostener un proyecto en el tiempo y quienes quedan en el camino: pasión, flexibilidad y propósito.
La pasión es la chispa que te levanta a las 6 de la mañana y te tiene mandando mensajes a las 12 de la noche porque se te ocurrió una idea para mejorar un servicio.
La flexibilidad, por otro lado, es la columna vertebral. Aprendió que lo que hoy funciona, mañana puede no tener sentido.
Jano’s no es igual a como nació. Creció, se transformó, y eso también nos transformó a nosotros.
Pero el componente más importante es el propósito. En su caso, se trata de acompañar momentos únicos en la vida de las personas. No vendemos salones ni fiestas. Vendemos experiencias que se guardan para siempre.
Liderazgo, competencia y fracaso
En su recorrido, Almada también redefinió conceptos clave del ecosistema emprendedor. Entendió que el liderazgo no consiste en mandar, sino en crear contextos donde los equipos deseen dar lo mejor de sí.
Que la competencia no es un enemigo, sino una referencia que puede enriquecer. Y que el fracaso no es una sentencia, sino una etapa natural del camino.
Hoy, miro hacia atrás y siento orgullo. No solo por lo que logramos, sino por cómo lo hicimos. Con valores, con errores, con aprendizajes, y sobre todo, con un compromiso enorme con quienes nos eligen y con quienes nos acompañan dentro del equipo.
El alma del emprendimiento
Emprender es un acto de fe. De confiar en algo que aún no existe, pero que si tiene alma, responde a un deseo genuino y se sostiene con trabajo real, la diferencia entre éxito y fracaso deja de ser un misterio.
Ahí está el verdadero ADN del emprendedor. Y reafírmó mi convicción en el camino elegido:
Lo mejor está por venir.
