domingo, noviembre 2, 2025

El síndrome del emprendedor argentino limita el crecimiento de startups

De acuerdo con Marcelo De Luca, cofundador de The App Master, una mala gestión interna y la falta de equipos consolidados impiden a los emprendimientos superar los dos años de vida. La fórmula para superar esta encrucijada y aprovechar las oportunidades.

El ecosistema emprendedor argentino enfrenta un enemigo interno: el “Síndrome del emprendedor argentino”, ligado a la figura del “hombre orquesta”, que impide a las startups locales alcanzar la escala exponencial y superar los dos años de vida.

Históricamente, la volatilidad económica, la incertidumbre y el acceso limitado al crédito fomentan fundadores que, ante la falta de capital, adoptan múltiples roles —CFO, CMO, COO y vendedor— en una sola persona.

Además, la cultura que idolatra a quienes “la rompen” sin reconocer equipos de apoyo tiene un costo alto: limita la capacidad de escalar. La consecuencia es doble: agotamiento personal y superficialidad operativa. La empresa depende peligrosamente del fundador, quien se convierte en un cuello de botella.

El cuello de botella del crecimiento

El crecimiento sostenido requiere procesos, sistemas y equipos consolidados. Si todo recae en un solo individuo, la empresa se estanca.

Datos del Global Entrepreneurship Monitor y de la Asociación de Emprendedores de Argentina (ASEA) muestran que más del 70% de los emprendimientos no supera los dos años de vida, con mala gestión y falta de equipos consolidados como causas frecuentes.

Rompiendo la lógica del autoconsumo: el caso the app master

En The App Master (TAM), los fundadores comenzaron a perder oportunidades por saturación, manejando finanzas, RRHH, ventas, calidad y PMO.

La transformación incluyó tres decisiones estratégicas:

  1. Definición de roles de dirección: repartir finanzas, comercial, PMO, calidad y desarrollo, estableciendo jerarquía clara.
  2. Construcción de mandos medios: invertir en líderes que absorban tareas operativas y permitan seguimiento de equipos.
  3. Inversión en procesos: obtener certificaciones ISO 9001 e ISO 27001, estandarizando procedimientos.

Los fundadores realizaron una autoevaluación honesta: qué tareas son estratégicas y qué se puede delegar.

Escalabilidad a través de la tecnología y la metodología

La delegación se apoyó en herramientas y metodologías:

  • Metodologías ágiles (Scrum, Kanban) para ordenar el trabajo.
  • OKRs para alinear objetivos de la organización.
  • Automatización e Inteligencia Artificial (Zapier, Make) para tareas repetitivas, liberando tiempo en ventas, soporte y marketing.

El síndrome del emprendedor argentino refleja resiliencia forzada, pero es insostenible.

Superarlo requiere abandonar la autoexigencia heroica e invertir en procesos, sistemas y personas capaces, asegurando crecimiento sostenido para las startups locales.

Redacción ebizLatam
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