Existen múltiples herramientas de financiamiento para elegir según las necesidades y la realidad financiera de cada persona. Entre ellas se encuentran las tarjetas de crédito, que fueron utilizadas, durante la primera mitad del 2024, por el 88,71% de la población argentina que tiene al menos un producto de crédito. Estas pueden ser otorgadas tanto por bancos como entidades financieras o ciertas empresas (por ejemplo, supermercados o compañías de electrodomésticos).
“El dinero de las tarjetas de crédito, al ser financiado, no es propio y, en consecuencia, debe abonarse luego de ser usado“, explicó Gabriel García Mosquera, managing director de Equifax Argentina, y agregó: “esto implica responsabilidad y organización para poder cumplir con las obligaciones de pago“.
Cuando se utiliza la tarjeta de crédito o se solicita una ampliación del límite de financiamiento, se asume una deuda que deberá pagarse cuando ésta venza. Si no se abona, se generarán intereses de cara al próximo resumen.
Para mantener una conducta ordenada, existen los reportes de crédito, que contienen el historial de las personas con el detalle del manejo de los créditos, incluyendo las obligaciones de pago cumplidas y el pago en tiempo y forma. Por eso, es importante revisarlo, para mantener un informe prolijo que sirva de aval al momento de solicitar cualquier tipo de crédito.
Características de las tarjetas de crédito
Las tarjetas de crédito se componen de diversos elementos, entre ellos, en el frente del plástico, el nombre de la entidad emisora, que permite dar cuenta de las alternativas de financiación. La mayoría de las tarjetas de crédito tienen el nombre y apellido del titular. Asimismo, cada una contiene un número identificatorio que consta de 16 cifras. Debajo, se detalla la fecha de vencimiento.
También en el frente de la tarjeta hay un chip, que permite que se pueda utilizar internacionalmente. Esta herramienta cuenta con tecnología contactless, simbolizada por un ícono similar al del Wifi, que permite realizar operaciones tan sólo acercándola al datáfono.
En el dorso de la tarjeta está el código de seguridad, llamado “Card Verification Value” (CVV) o “Card Verification Code” (CVC), compuesto por 3 o 4 dígitos. Su función es demostrar que quien realiza una compra a distancia (ya sea telefónica u online, por ejemplo) tiene efectivamente la tarjeta y no sólo el número.
También se encuentra la banda magnética que se usa para las compras físicas en lugares que no disponen de contactless ni chip. Además, hay un espacio para la firma del titular, que les permite a quienes cobran compararla y detectar potenciales fraudes.
Resulta fundamental usar las tarjetas de crédito con responsabilidad, conociendo sus características físicas para evitar fraudes y contemplando las obligaciones de pago a futuro. En la gestión de las finanzas, la disciplina y el compromiso son cruciales para mantener una economía personal saludable.