Octubre es el Mes de Concienciación sobre Ciberseguridad y, a medida que la inteligencia artificial transforma la forma de vivir y trabajar, surge una pregunta central: ¿cómo saber quién es real en línea?
Según el reporte “Bad Bot” de Imperva, Chile se ubicó entre los países más afectados por estafas y deepfakes en América, en un contexto donde los bots ya superan al tráfico humano en Internet y aumentan los riesgos digitales.
Internet entró en una nueva era de sofisticación, y lo mismo ocurrió con las estafas en línea.
Desde familiares clonados con IA que pidieron dinero hasta ejecutivos deepfake que engañaron a empleados para realizar transferencias millonarias, el fraude digital evolucionó desde enlaces de phishing hasta identidades sintéticas que se ven y suenan reales.
Solo este año, el fraude mediante deepfakes podría aumentar un 162%, afectando tanto a empresas como a personas.
En este Mes de Concienciación sobre Ciberseguridad, la atención se centró en un punto ciego crítico de la seguridad tradicional: la prueba de humanidad.
Los cortafuegos y la encriptación protegían los sistemas, pero no a las personas.
A medida que la IA transformó industrias y creatividad, se impuso la pregunta de cómo preservar la confianza en un mundo digital donde cualquier cosa puede parecer humana.
“La IA estaba desbloqueando un potencial increíble. Pero, a medida que se volvió más fácil replicar el comportamiento humano, la ciberseguridad debió evolucionar más allá de los cortafuegos y las contraseñas. Fue necesario contar con formas de verificar la humanidad, de manera privada y universal, para garantizar que la tecnología siguiera sirviendo a las personas y no engañándolas”, señaló Martín Mazza, gerente regional de Tools For Humanity (TFH).
Dónde fallan hoy las protecciones antifraude
Según el estudio Bad Bot de Imperva, Chile figuró entre los seis países más afectados por estafas y deepfakes hechos con bots en América.
El informe reveló que seis de cada diez chilenos ya fueron víctimas de estafas financieras a través de redes sociales.
La suplantación sintética amenaza a quien haya publicado un video en línea. Los delincuentes crean identidades falsas mezclando datos reales y ficticios para establecer historiales crediticios que operaron durante años sin ser detectados.
Con archivos deepfake que aumentaron de 500.000 en 2023 a un estimado de 8.000.000 en 2025, cada llamada y video generó duda: ¿es realmente quien creo que es?
Las aplicaciones de citas reportaron entre un 10% y 15% de perfiles falsos.
Las redes profesionales enfrentaron currículums generados por IA, y las plataformas de reseñas sufrieron campañas de bots que pudieron destruir negocios en horas. Incluso el sentimiento público dejó de ser confiable.
Ejércitos de bots inundaron redes sociales, manipularon encuestas y generaron movimientos que parecían surgir de personas reales.
Esto creó la ilusión de que “todos” pensaban igual o apoyaban cierta idea, aunque en realidad solo unos pocos individuos controlaron miles de cuentas.
Por qué las defensas actuales no son suficientes
La seguridad tradicional preguntó: “¿Tienes la contraseña correcta?” o “¿Puedes recibir este SMS?” Pero estos sistemas asumieron que ya se trataba de un humano.
Protegieron la puerta, pero nunca verificaron si quien la atravesaba era una persona o un programa sofisticado.
La solución requiere un cambio fundamental: establecer una prueba de humanidad única desde la base, no como un añadido. Esto implicó verificación con privacidad primero, interoperabilidad universal, diseño resistente al fraude y accesibilidad global.
En la actualidad, una de las soluciones que encarna estos principios es World ID.
Al verificar anónimamente la humanidad única una sola vez, las personas pudieron interactuar en múltiples servicios sabiendo si los demás participantes eran genuinamente humanos.
Las organizaciones que implementaron la prueba de humanidad se posicionaron para atender a clientes reales, proteger usuarios reales y mantener confianza real.
En una era en la que las máquinas pudieron imitar perfectamente a los humanos, demostrar humanidad se convirtió en la base de toda interacción significativa en línea.
