viernes, diciembre 6, 2024

Los problemas de identidad digital que genera la IA se resuelven con más IA

Federico Aragona, director de ventas de MCA de F5 LATAM, analiza esta problemática.

“Identidad digital” no es un término nuevo, pero sí lo es la perspectiva desde la cual se la está mirando.

Hasta hace unos años, cuando pensábamos en identidad digital nos referíamos a credenciales (o usuarios y contraseñas); hoy, el uso de la inteligencia artificial está desvirtuando varios conceptos e incluyendo nuevas varibles y métodos nuevos para validar una identidad.

Es difícil, tecnológicamente hablando, reconocer a las personas por quienes dicen ser, ¿se trata de esa u otra persona? ¿Es una persona o es inteligencia artificial?

La posibilidad de identificar un fraude de identidad es cada vez más complejo y por eso surgieron contadas soluciones que se centran en distinguir digitalmente a una persona.

Datos del Banco Central de la República Argentina (BCRA), indican que más del 60% de las transacciones bancarias se realizan a través de canales digitales, lo que incluye el uso de autenticación biométrica y otros métodos de identidad digital para garantizar la seguridad.

Según el Ministerio del Interior, más del 80% de la población argentina ya cuenta con el Documento Nacional de Identidad (DNI) en formato digital.

Esto permite a los ciudadanos realizar trámites en línea y acceder a servicios públicos de manera segura.

Hoy, la plataforma digital “Mi Argentina”, que centraliza servicios y documentos personales en un solo lugar, cuenta con más de 17 millones de usuarios registrados.

Esta plataforma permite acceder al DNI digital, registros de vehículos, servicios de salud, entre otros.

Por su parte, un estudio de la Cámara Argentina de Comercio Electrónico (CACE) indica que en 2023, más del 80% de los usuarios de comercio electrónico en Argentina utilizaban algún tipo de autenticación digital avanzada (como doble factor de autenticación o verificación biométrica) para realizar compras en línea.

Y, a pesar que surjan fraudes de identidad a través del uso de la IA, se esperan nuevos modos de certificación, algo en lo que básicamente muchas empresas están trabajando, para que la ID sea como un DNI.

Si bien la identidad digital está más avanzada en cuestiones vinculadas al comercio electrónico, la industria financiera y bancaria, en el marco organizacional, es fundamental contar con herramientas que permitan agilizar la verificación.

Actualmente ya hay herramientas que permiten verificar si algo fue generado por inteligencia artificial o no.

El uso de la IA resultó esencial para conseguir grandes avances en poco tiempo. Sin embargo, también implica un proceso que demanda liberarse de prejuicios y mirar hacia adelante.

Cuando se inventó la calculadora se creía que era un ´mata cerebros´ porque la matemática es para pensar y la calculadora resolvía en un instante la ecuación; hoy se puede usar en todos los niveles escolares e incluso en universidades, porque lo que prima es el desarrollo y la capacidad de resolución, no el cálculo en sí.

Así, la humanidad siguió evolucionando a una velocidad más rápida con el uso de la calculadora.

Luego, con la computadora pasó lo mismo, se creía que le iba a sacar el trabajo a muchas personas.

A lo largo de la historia, surgieron herramientas que fueron demonizadas porque se creía que atentaban contra nuestro propio trabajo. Pero que luego demostraron su capacidad de colaborar con las tareas, no hubo un reemplazo.

No sabemos qué va a pasar en 10 o 15 años y si surge una tecnología que tome el control de todo. Pero, por los antecedentes, podemos dar cuenta que cada vez que hubo una innovación tecnológica de gran impacto, se cuestionó la posibilidad de que la humanidad iba a perder el control. Y no fue, la humanidad sólo fue evolucionando.

Ante la crisis por la intervención de la IA en la identidad digital, no tenemos más que recordar que siempre hubo falsificaciones, más o menos burdas.

Antes, para fraguar una identidad, se falsificaba un DNI, las personas se ponían un bigote, se teñían el pelo, se ponían lentes con un color de ojos diferente.

Siempre hubo falsificaciones, pero también surgieron mecanismos que permitían resolver si una persona era realmente quien decía ser. Progresivamente, todo se fue sofisticando.

Actualmente, eso avanzó tanto que ya se trata de cruces biométricos: estamos en un periodo de transición.

Aún se mantiene el cuestionamiento sobre la utilidad de las herramientas que se apoyan en la IA generativa, generando debates sobre la autenticidad de los resultados obtenidos, cuando en realidad resulta una solución para problemas generales sobre los que ya se tiene conocimiento.

Entonces, es un tema de confianza, algo que se va a ir desvirtuando a medida que pase el tiempo y aprendamos a utilizar esas herramientas.

Paulatinamente, se van incorporando estas herramientas para el trabajo, porque además ayudan a mejorar los resultados. Ya estamos en ese camino.

Redacción ebizLatam
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