¿Qué tienen en común un centenial que usa principalmente billetera virtual, un milenial que planifica sus pagos con tarjeta, un integrante de la generación X que refinancia con cuidado, y un baby boomer o un representante de la generación silenciosa, que prefiere pagar al contado?
Todos conviven en el ecosistema crediticio argentino, pero cada uno lo hace a su manera.
No es lo mismo hablar de compromisos financieros con quien recién cumple la mayoría de edad que con un jubilado.
Lo cierto es que, al referirnos a las obligaciones de pago, hablamos de mucho más que de números: nos referimos a la responsabilidad y cumplimiento de las obligaciones financieras, específicamente al pago de deudas y créditos.
Factores como la estabilidad financiera, la educación financiera y las circunstancias económicas de cada grupo etario influyen en las variaciones de comportamiento.
Un estudio reciente de Equifax, compañía global de big data, analytics y tecnología, revela algunas diferencias intergeneracionales a la hora de cumplir con las obligaciones de pago:
La generación silenciosa (personas nacidas entre 1928 y 1945) y los baby boomers (nacidos entre 1946 y 1964) suelen tener un historial crediticio más largo y estable.
Con una fuerte cultura de pago al contado, recurren al crédito de forma más puntual, y lideran en términos de cumplimiento, ya que el 94% de las personas de la generación silenciosa que tienen al menos un producto de crédito no presentan atrasos en sus pagos, mientras que dentro de los baby boomers esa proporción es del 90,5%.
La Generación X (nacidos entre 1965 y 1980) presenció el surgimiento de Internet y los avances tecnológicos.
Pueden equilibrar la relación entre tecnología y vida social activa «presencial».
Son padres de los milenials, y viven una etapa de alta demanda económica: hijos adolescentes, padres mayores a cargo y un contexto que a menudo pone a prueba sus ingresos.
Aunque suelen ser responsables en sus pagos, el cumplimiento es un tanto menor (85,6%) al de las generaciones que los preceden.
Los milenials (1981-1996) son una generación bisagra. Por un lado, accedieron al crédito más fácilmente que generaciones anteriores gracias a la digitalización y al crecimiento de la oferta financiera.
Por otro lado, a menudo lo hicieron sin una educación financiera sólida, lo que se manifiesta en su nivel de cumplimiento de pago (80%).
Los centenials (1995-2009) son verdaderamente «nativos digitales», autodidactas que aprenden por tutoriales y sobreinformados.
Se encuentran al inicio de sus trayectorias laborales, muchos acceden a su primer crédito para consumo inmediato más que para construir historial.
El cumplimiento de pago es apenas menor en comparación con sus antecesores (79%), no necesariamente por montos grandes, sino por pequeños impagos que igualmente afectan su score crediticio.
Este informe muestra, agrega Martina González, directora de Marketing y RRPP de Equifax Argentina, que mientras las generaciones jóvenes apuestan por la flexibilidad y la inmediatez, los más grandes privilegian la previsibilidad y el cumplimiento.
Estas diferencias, nos invitan a todos los actores del ecosistema financiero a adaptar la oferta de productos, las estrategias de cobranza y canales de comunicación según las particularidades, preferencias, necesidades y deseos de cada generación.
En definitiva, nos invitan, hoy más que nunca, a darle protagonismo al consumidor.