La propuesta de reducir la jornada laboral en México ha tomado fuerza en los últimos años, abriendo la oportunidad de mejorar la calidad de vida de millones de trabajadores.
Actualmente, México es uno de los países con las jornadas laborales más extensas del mundo, alcanzando hasta 48 horas semanales, de acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
Sin embargo, la presión para reformar las condiciones laborales está en aumento, y México se encuentra a las puertas de una transformación clave que podría alinearlo con los estándares internacionales.
La iniciativa de reducción de la jornada laboral busca pasar de 48 a 40 horas semanales, asegurando dos días de descanso por semana. Esta medida, ya aprobada por la Comisión de Puntos Constitucionales, está lista para su discusión en el Congreso.
Según Felipe Cuadra, CHRO de Rankmi, “la reducción de la jornada laboral no solo mejorará el bienestar de los trabajadores, sino que también impulsará la productividad y la retención del talento, aspectos fundamentales en la era de la digitalización y el trabajo remoto”.
México no es el único país en Latinoamérica que evalúa reducir su jornada laboral. Países como Chile, Colombia y Perú han emprendido caminos similares. En Chile, la Ley 21.561, aprobada en 2023, ya ha comenzado a reducir la jornada de 45 a 40 horas de forma gradual, y para 2028 el país alcanzará las 40 horas.
En Colombia, la Ley 2101 de 2021 reducirá la jornada de 48 a 42 horas semanales para 2026, sin reducción de salario. Esta medida ha generado un debate sobre la capacidad de adaptación de las empresas sin comprometer su rentabilidad.
“Las experiencias en Chile y Colombia nos demuestran que una reducción de horas no implica una disminución de productividad, sino todo lo contrario. En México, esto podría traducirse en una fuerza laboral más motivada y eficiente”, comentó Cuadra.
Uno de los beneficios principales de reducir la jornada laboral es la mejora en el bienestar y la salud mental de los empleados.
Diversos estudios indican que jornadas más cortas permiten un mejor equilibrio entre el trabajo y la vida personal, reduciendo agotamiento y estrés.
“En Rankmi, hemos observado que los equipos con mejores condiciones laborales, incluidas jornadas más reducidas, son más productivos y logran un mayor compromiso con sus empresas”, añadió Cuadra.
Además, reducir las horas de trabajo puede mejorar la retención del talento, algo crucial en un mercado laboral tan competitivo como el actual.
Empresas en países desarrollados ya adoptan semanas laborales de cuatro días o jornadas de 36 horas, reflejando una tendencia hacia el equilibrio laboral-personal.
En México, una jornada laboral más corta podría atraer y retener talento joven, especialmente entre las generaciones millennial y centennial, quienes valoran cada vez más su bienestar.
La propuesta de reducción de la jornada laboral en México es más que una respuesta a demandas sociales; es una oportunidad para alinear al país con las tendencias globales.
Según la OCDE, México registra uno de los niveles más altos de horas trabajadas anualmente, con hasta 2.128 horas, sin una productividad proporcional.
La experiencia de países como Chile y Colombia muestra que una jornada laboral más corta es posible y sus beneficios impactan también en la competitividad empresarial.
“La reducción de la jornada laboral en México es inevitable. Se trata de un paso hacia el futuro, donde el bienestar del trabajador y la productividad empresarial deben ir de la mano”, concluyó Cuadra.
Con estas medidas, México tiene la oportunidad de liderar en la región y posicionarse como un país donde el bienestar laboral es prioritario, con repercusiones positivas para el desarrollo económico y social.
