Los avances en computación y tecnología cuántica, aunados a un escenario internacional incierto definido por los conflictos armados, colocan en riesgo el valor de los criptoactivos como refugio de valor a futuro.
El fin de la revaluación de las criptomonedas
A fines de 2024, el Bitcoin, la primera y más valiosa criptomoneda del mundo, alcanzaba los u$s 98.000 por unidad.
Esta revaluación meteórica se debió a seis factores decisivos: contexto geopolítico bélico, uso en mercados negros, mejoras en técnicas de encriptación, función como reserva de valor y alta liquidez.
Sin embargo, a marzo de 2025, el Bitcoin cotiza a u$s 87.000, con una tendencia decreciente impulsada por cambios geopolíticos y tecnológicos.
La revaluación del oro y el escenario internacional
El oro sigue siendo el activo refugio por excelencia en crisis globales.
En febrero de 2025, alcanzó un récord histórico de u$s 3.000 por onza. Las potencias del G8 mantienen sus reservas en oro: EE.UU. posee 8.133 toneladas, Alemania 3.351 y Rusia 2.335.
Los conflictos actuales —guerra Rusia-Ucrania, tensiones en Medio Oriente y el riesgo de un enfrentamiento China-Taiwán— han debilitado divisas como el dólar y el euro, reforzando el rol del oro.
El perfeccionamiento de la computación cuántica
La computación cuántica amenaza la seguridad de las criptomonedas. El sistema Blockchain, basado en algoritmos RSA, será obsoleto ante la supremacía cuántica.
Procesadores como Sycamore de Google (2019) y Borealis de Xanadu han demostrado que operaciones imposibles para computadoras clásicas se resuelven en minutos con tecnología cuántica.
Este avance permitiría descifrar la encriptación de criptomonedas, dejándolas vulnerables. El dinero cuántico reemplazará a las criptomonedas como estándar de seguridad.
Estado actual de la tecnología cuántica
Experimentos en «física del orden causal indefinido» (como los de los equipos Chiribella-Liu y Walther-Strömberg) han logrado «retrocausalidad cuántica», un paso clave para desencriptar regresivamente cadenas Blockchain.
Esto acelerará la transición hacia sistemas financieros cuánticos.